El hogar electrónico
Estamos tan acostumbrados a tenerlos a nuestro alrededor que muchas veces no nos damos ni cuenta, pero no cabe duda de que los electrodomésticos se han convertido ya en parte fundamental de nuestras vidas. Prácticamente imprescindibles para permitirnos o facilitarnos un sinfín de tareas, son un elemento de nuestro hogar que debemos elegir con cuidado, ya que suelen suponer una considerable inversión que puede acompañarnos en nuestro día a día durante muchos años o convertirse en un auténtico quebradero de cabeza si no escogemos el que mejor se adapte a nuestras necesidades.
El emplazamiento ideal para cada elemento
Independientemente de que sea una campana extractora, una placa eléctrica o una nevera lo que vayamos a adquirir, hay una serie de factores que habremos de tener en cuenta en casi cualquier caso, como el futuro emplazamiento, a la hora de comprar electrodomésticos.
Por ejemplo, si queremos evitarnos problemas posteriores, es recomendable situar los frigoríficos y congeladores lejos de los focos de calor, la lavadora separada de las frías temperaturas de la terraza y el horno en un lugar que no esté en contacto directo con muebles o elementos que no resistan el fuerte calor que éste genera. Por supuesto, todo esto será mucho más fácil si contamos con una amplia cocina, aunque si la nuestra es pequeña siempre podemos recurrir a electrodomésticos multifunción (como una lavadora-secadora) o de dimensiones más reducidas (por ejemplo, hay lavavajillas de apenas 45cm de ancho).
También deberemos tener presente la ubicación de los radiadores, las tomas de corriente, los tubos de extracción y las tuberías de los desagües, ya que todos esos elementos pueden determinar en mayor o menor medida el emplazamiento de nuestros electrodomésticos.
Eficacia y eficiencia
Otro aspecto esencial que debe guiar nuestra elección es el consumo del electrodoméstico que vayamos a comprar. Decantarnos por el modelo más eficiente energéticamente puede significar un mayor desembolso inicial, pero a la larga puede suponer un enorme ahorro, además de ser mucho más respetuoso con el medio ambiente. Nuestro estilo de vida, el uso que le vayamos a dar al aparato y el número de personas que seamos en casa también son cuestiones que hay que valorar a la hora de buscar la máxima eficacia.
Ajustando el presupuesto
Como ya hemos señalado, la compra de un electrodoméstico puede suponer una inversión considerable, y no todos los bolsillos están en disposición de hacerse con los modelos más modernos, eficientes o con mejor diseño. Si nuestro presupuesto es ajustado, no debemos descartar la opción de adquirir un electrodoméstico reacondicionado o incluso de segunda mano, en cuyo caso deberemos asegurarnos muy bien de la antigüedad real del aparato y de las garantías que nos ofrezca el vendedor